Descubre la grandeza divina que se oculta entre las majestuosas paredes de las iglesias y catedrales en Huesca, España. Sumérgete en un viaje espiritual a través de los siglos mientras exploras estas joyas arquitectónicas que han resistido el paso del tiempo.
Desde el encanto románico hasta la imponente belleza gótica, cada edificio cuenta una historia única y te invita a maravillarte ante su grandiosidad. Prepara tu corazón y tu cámara, porque estas iglesias y catedrales te esperan con sus puertas abiertas, listas para sorprenderte con su arte y devoción.
Bienvenido a un viaje celestial por las iglesias y catedrales de Huesca.
Iglesias y catedrales en Huesca, España
1. Iglesia de Santa María de Iguácel
La Iglesia de Santa María de Iguácel es una joya del Románico Pirenaico ubicada en el valle deshabitado de La Garcipollera, en la provincia de Huesca. Esta magnífica iglesia es todo un tesoro histórico y artístico que no te puedes perder durante tu visita a la zona. Su construcción data del año 1040, cuando el noble aragonés Sancho Galíndez decidió levantar este templo religioso. Aunque el monasterio que lo acompañaba fue abandonado en el año 1212, la iglesia ha sido restaurada en décadas recientes, permitiendo a los visitantes apreciar su esplendor original.
El acceso a la Iglesia de Santa María de Iguácel puede realizarse tanto en coche como a pie, pero muchos recomiendan disfrutar del paseo caminando para apreciar la belleza del entorno. A lo largo de un recorrido de 4.8 kilómetros por una pista forestal, los visitantes tendrán la oportunidad de sumergirse en la naturaleza y dejarse maravillar por el paisaje. Una vez en el lugar, podrán admirar las increíbles pinturas románicas que decoran el interior de la iglesia, así como los capiteles e inscripciones en letra visigótica presentes en su exterior.
Es importante tener en cuenta que, según las reseñas de usuarios, el acceso en coche puede ser complicado, especialmente para vehículos de menor altura. Por lo tanto, se recomienda ser cauteloso al tomar la ruta en coche y, si se prefiere evitar riesgos, se puede optar por estacionar en un merendero cercano y continuar a pie. No obstante, la experiencia de visitar esta iglesia y disfrutar de sus vistas panorámicas, así como la sensación de estar inmerso en la historia, lo hacen un lugar imprescindible para los amantes del arte y la arquitectura.
La Iglesia de Santa María de Iguácel en Huesca es un tesoro del Románico Pirenaico que merece una visita. Su ubicación en un valle deshabitado, sus valiosas pinturas románicas y su historia fascinante la convierten en un destino imprescindible para los amantes del arte y la historia. Ya sea que elijas llegar en coche o preferentemente caminando, esta iglesia te cautivará con su misterio y belleza. ¡No te pierdas la oportunidad de conocer este lugar único!
2. Ermita de San Úrbez
La Ermita de San Úrbez, ubicada en la provincia de Huesca, es un verdadero tesoro oculto en el impresionante paisaje de la región. Aunque la ermita en sí puede no ser la atracción principal, el paseo para llegar a ella es una experiencia verdaderamente espectacular. Con unos 3 km de ruta bien señalizada, este paseo ofrece vistas impresionantes y paisajes de ensueño en cualquier época del año. Si has decidido visitar el bonito pueblo de Nocito, no te puedes perder esta magnífica excursión hasta la Ermita de San Úrbez.
Con su ubicación en un valle precioso y poco conocido de Huesca, la Ermita de San Úrbez es un lugar idílico para visitar con la familia. El ambiente tranquilo y sereno de la ermita brinda a los visitantes la oportunidad de conectarse con la naturaleza y disfrutar de la paz y la quietud que se encuentra en este rincón especial de la provincia. Además de disfrutar de un paseo increíble rodeado de impresionantes paisajes, la Ermita de San Úrbez ofrece una experiencia inigualable para aquellos que buscan una escapada tranquila y relajante.
Si bien la ermita en sí puede no ser el punto focal de la visita, la belleza de su ubicación y el encanto de la caminata hasta ella hacen que valga la pena el viaje. Aunque pueda parecer un lugar poco transitado, descubrirás que la Ermita de San Úrbez es un tesoro escondido que vale la pena descubrir. No importa si llegas temprano y encuentras sitio en el pequeño parking, o si vienes desde Nocito, te aseguro que este paseo te brindará vistas espectaculares y una conexión íntima con la majestuosidad natural de Huesca. No dudes en visitar la Ermita de San Úrbez y descubre su encanto único.
3. Ermita Virgen de la Pena de Anies
La Ermita Virgen de la Peña de Aniés es una joya escondida en la provincia de Huesca que no te puedes perder durante tu visita a la zona. Ubicada en lo alto de una colina, ofrece unas vistas panorámicas espectaculares que te brindarán la oportunidad de apreciar la belleza natural de los alrededores. Muchos visitantes optan por realizar una excursión desde el pintoresco pueblo de Aniés, aunque también se puede llegar en coche por una pista forestal.
Si tienes la suerte de visitar la ermita durante la romería anual, podrás vivir una experiencia única y animada. La gente sube en coches hasta las cercanías, pero si deseas disfrutar del paisaje y la serenidad que ofrece el entorno, te recomiendo dejar el coche en el pueblo y subir a pie. El recorrido es llevadero y vale la pena cada paso, especialmente cuando llegas a la ermita y ves su encantador edificio junto con el edificio anexo del guardés. Este conjunto pintoresco es una auténtica postal.
La Ermita Virgen de la Peña de Aniés es una ruta que también se puede disfrutar en familia. Es perfecta para pasar un día en contacto con la naturaleza, rodeado de arbolado y silencio. No olvides llevar calzado de montaña y una mochila con agua y alimentos para disfrutar de un día completo de aventura. Además, el acceso es gratuito, lo que la convierte en una opción aún más atractiva para todos los visitantes.
La Ermita Virgen de la Peña de Aniés es un lugar perfecto para escapar del bullicio de la ciudad y disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza. Tanto si buscas unas vistas panorámicas impresionantes como si deseas vivir la emoción de la romería anual, este es un destino que no te puedes perder durante tu visita a Huesca. ¡Prepárate para quedarte maravillado por este tesoro escondido!
4. Basílica De San Lorenzo
La Basílica de San Lorenzo, situada en la plaza del mismo nombre, es una imponente iglesia en el corazón de Huesca. Su majestuosidad no solo se encuentra en su exterior, sino también en su interior, donde podrás apreciar la belleza y el esplendor de su arquitectura clásica. Construida en los siglos XVII y XVIII, esta basílica es un ejemplo impresionante de la grandiosidad religiosa de la época.
Además de su magnífica estructura, la Basílica de San Lorenzo es famosa por su conexión con la patrona de Huesca, Santa Eulalia. Fue en esta ciudad donde nació San Lorenzo, quien más tarde fue martirizado al ser quemado en una parrilla. En el interior de la basílica, encontrarás una pintura que representa este doloroso episodio, ubicada sobre el altar principal. También podrás observar una parrilla incrustada en el suelo, un símbolo impresionante que recuerda el martirio de San Lorenzo.
Si te apasiona la historia religiosa y la arquitectura impresionante, no puedes dejar de visitar la Basílica de San Lorenzo en Huesca. Déjate deslumbrar por su diseño clásico y sumérgete en la atmósfera de espiritualidad de este lugar sagrado. La basílica está abierta al público todos los días y la entrada es gratuita. No pierdas la oportunidad de explorar uno de los tesoros arquitectónicos más emblemáticos de Huesca.
5. Iglesia De San Vicente El Real
La Iglesia de San Vicente El Real es un lugar que te sorprenderá con su modesta fachada, pero que alberga un interior de razonable interés. Ubicada en la concurrida calle del Coso, es inevitable pasarse por la puerta cuando buscas otros monumentos más importantes en Huesca. Una vez dentro, podrás maravillarte con las bellas celosías destinadas a los novicios en la planta superior, los frescos que adornan el techo y un impresionante altar. Aunque no sea considerada una maravilla, definitivamente se merece una visita rápida.
La historia de la Iglesia de San Vicente El Real se remonta a siglos atrás. Según la tradición, este lugar fue el sitio donde nació el diácono San Vicente, mártir. En el año 304, se construyó un templo que fue posteriormente derribado. Tras la Reconquista de la ciudad por los cristianos, se erigió un pequeño oratorio en honor al mártir. Fue en el siglo XIV cuando la Orden del Santo Sepulcro de Calatayud edificó una iglesia dedicada a San Vicente y al Santo Sepulcro. Con la llegada de los jesuitas a la ciudad en 1605, el obispo les cedió esta iglesia. En 1730, fue derruida y se construyó la nueva en 1746 en la principal vía urbana de la época, abierta alrededor de la antigua muralla. En el mismo lugar se encontraban los principales palacios del siglo XVI, como el de los Lastanosa, que mantenían importantes relaciones con los jesuitas. Aunque el edificio del colegio ya no existe, todavía se conserva el arco que los unía.
La Iglesia de San Vicente El Real presenta una planta de cruz latina en un rectángulo formado por capillas laterales y la sacristía detrás de la cabecera. Su construcción es sobria y se divide horizontalmente en dos cuerpos. En la parte inferior, con acceso mediante varios escalones, se encuentra una puerta en arco de medio punto, con una gran hornacina donde se sitúa una escultura en piedra de San Vicente, rematada por un escudo real de Carlos III. En su interior, la iglesia es bastante oscura pero no menos fascinante. Te invito a explorar este lugar lleno de historia y descubrir todos los detalles que esconde.
6. Iglesia de Nuestra Señora del Llano
La Iglesia de Nuestra Señora del Llano, ubicada cerca del pueblo de Capella y en dirección a Roda d’Isàvena, es una joya arquitectónica que no puede perderse al visitar Huesca. Esta hermosa construcción de estilo románico fue iniciada alrededor del año 1190 y finalizada y consagrada en el siglo XIII. La iglesia constaba originalmente de una única nave rectangular cubierta por una bóveda de cañón ligeramente apuntada, y coronada por un ábside semicircular. Sin embargo, a lo largo del tiempo, el templo fue ampliado para incluir dos capillas cuadradas a mediados del siglo XVI. Estas capillas, cada una cubierta por una bóveda de cañón, se acceden a través de un arco de medio punto. En el siglo XVIII, se realizó otra expansión en la iglesia, esta vez con la construcción de una hermosa espadaña con dos abanicos en arco de medio punto peraltados.
Situada en un extenso llano en el valle del Isábena, en medio del campo y junto a la carretera, la iglesia románica del siglo XII se encuentra en el idílico cementerio de Laguarres. Este lugar ofrece una vista impresionante del pueblo y de las montañas circundantes. Su ubicación privilegiada, su estilo arquitectónico sobrio y su entorno tranquilo hacen que este sitio sea una parada obligatoria para los amantes de la historia y la arquitectura románica.
La Iglesia de Nuestra Señora del Llano no solo es un hito histórico, sino también un lugar de culto en funcionamiento. Los visitantes pueden disfrutar de su rica historia y arquitectura, así como un ambiente espiritual sereno. La iglesia está abierta al público durante determinados horarios y es posible participar en servicios religiosos si así se prefiere. Su entrada es gratuita y se agradece un donativo para mantener el lugar en óptimas condiciones. Además de su belleza arquitectónica, la iglesia también destaca por su hermosa ubicación, que brinda unas vistas excepcionales de la campiña circundante. Haciendo hincapié en la simplicidad y la belleza de la arquitectura románica, la Iglesia de Nuestra Señora del Llano es un tesoro que no debe perderse al visitar Huesca.
7. Iglesia De Santo Domingo & San Martín
La Iglesia de Santo Domingo & San Martín, ubicada en Huesca, es una maravilla arquitectónica que no puedes dejar de visitar. Aunque algunos visitantes han comentado que falta un poco de vida, esta iglesia esconde tesoros artísticos y detalles encantadores en su interior. Al adentrarte en ella, te encontrarás con la impresionante Capilla del Cristo de los milagros, donde podrás apreciar imágenes, retablos y pinturas murales que te transportarán a épocas pasadas. Es una visita que sin duda merece la pena.
Sin embargo, la experiencia en la Iglesia de Santo Domingo & San Martín no se limita solo a su interior. En los meses de verano, puedes disfrutar de un soleado día en su exterior, aunque es cierto que algunos visitantes han comentado que el calor puede ser intenso. Algunos árboles brindan un poco de sombra, aunque no son suficientes para refugiarse de un solazo. Asimismo, en invierno, el viento del norte puede ser bastante fuerte, lo que hará que los cuatro bancos disponibles sean un desafío para quienes buscan un momento de tranquilidad en el exterior. A pesar de estos pequeños inconvenientes climáticos, muchos turistas disfrutan de la experiencia de visitar esta iglesia, sobre todo cuando el churrero está instalado, para deleitarse con un dulce típico y pasar un agradable rato en sus alrededores.
Si estás en Huesca y quieres conocer un lugar con mucha historia y encanto, la Iglesia de Santo Domingo & San Martín es una parada obligada. Recorre sus calles y descubrirás esta joya arquitectónica de forma casual, pero te aseguro que no te decepcionará. Además, su ubicación céntrica la convierte en un lugar accesible y de fácil acceso para los visitantes. No pierdas la oportunidad de sumergirte en la belleza de su interior, donde sus imágenes, retablos y pinturas murales te sorprenderán. Esta iglesia es una verdadera joya que hará que te enamores aún más de la historia y el arte que Huesca tiene para ofrecer.
8. Iglesia de San Fructuoso S XI
La iglesia de San Fructuoso S XI es un auténtico tesoro histórico que se remonta al siglo XI, aunque algunos indicios sugieren que pudo haber existido incluso antes. Esta hermosa iglesia fue mencionada por primera vez en el año 1084 en las donaciones del rey Sancho III de Aragón-Pamplona a la catedral de Jaca. Originalmente, constaba de una sola nave cubierta por una bóveda de medio cañón, un presbiterio con una bóveda de cañón y un ábside semicircular decorado con horquillas en su exterior.
Con el correr de los siglos, se añadieron varias estructuras a la iglesia. En el siglo XVI se construyó una capilla a su lado norte, con una planta cuadrada y una cubierta de bóveda de crucería. Más tarde, en el siglo XVIII, se erigió una torre-campanario de planta cuadrada con dos cuerpos de altura, junto con un atrio y una sacristía. A finales del siglo XX, se iniciaron obras de restauración para devolver la iglesia a su estructura original. Durante este proceso, se eliminaron construcciones añadidas, como el atrio y la capilla, para mantener la fidelidad de su diseño original.
La iglesia de San Fructuoso S XI cuenta con varios detalles dignos de admiración. Uno de ellos es su pila bautismal, que data del siglo XIII y presenta una preciosa decoración lombarda realizada en dos niveles. Esta decoración le otorga una elegancia única que la distingue en la región del Alto Aragón. Si eres un amante de la historia y la arquitectura, este es un destino que no puedes dejar de visitar. Sumérgete en la atmósfera sagrada y contempla la majestuosidad de esta iglesia que ha perdurado a lo largo de los siglos, y déjate cautivar por su encanto sin igual.
Esperamos que este recorrido por las impresionantes iglesias y catedrales de Huesca haya despertado tu interés por descubrir más sobre esta maravillosa ciudad. Si estás planeando una visita, no dudes en contactarnos y estaremos encantados de proporcionarte una guía personalizada y compartir contigo todo lo que necesitas saber para disfrutar al máximo de tu experiencia en Huesca.
¡Nos vemos pronto!